La marca de lujo francesa Saint Laurent ha puesto a la venta una colección de camisetas vintage de Nirvana, con precios que van desde los $990 hasta los $4,450 dólares. Las camisetas, que se pueden encontrar en la tienda The Vintage de Saint Laurent Rive Droite en París, son auténticas y han sido elegidas por su rareza y condición.
Una de las camisetas más caras es una camiseta de Incesticide, el segundo álbum de estudio de Nirvana, que se lanzó en 1991. La camiseta está hecha de algodón blanco y tiene una impresión del logo de Nirvana en el frente. Está en muy buenas condiciones y se vende por $4,450 dólares.
Otras camisetas de la colección incluyen una camiseta con la imagen de Kurt Cobain en el frente, y una camiseta con la imagen de la banda en el frente. Las camisetas están en diferentes colores y tamaños, y están todas en muy buenas condiciones.
Los precios de las camisetas han sido criticados por algunos fans, quienes creen que son demasiado caras. Otros fans, sin embargo, creen que los precios son justos, ya que las camisetas son auténticas y están en muy buenas condiciones.
No está claro cuántas camisetas se han vendido, pero es probable que se agoten rápidamente. La colección está disponible en la tienda The Vintage de Saint Laurent Rive Droite en París, y también se puede comprar en línea.
Algunos fans creen que Kurt Cobain, el líder de Nirvana, estaría indignado con los precios de las camisetas. Cobain era conocido por su compromiso con la justicia social y su disgusto por el consumismo. En una entrevista de 1993, dijo: «No quiero que la gente me vea como un símbolo del consumismo. No soy un producto».
Es probable que Cobain se molestara por el hecho de que su imagen se esté utilizando para vender camisetas a precios exorbitantes. Creía que la música debería ser accesible para todos, y no quería que su trabajo se utilizara para enriquecer a unos pocos.
Los precios de las camisetas de Saint Laurent son un recordatorio de que la imagen de Kurt Cobain sigue siendo lucrativa, incluso después de su muerte. Es importante recordar, sin embargo, que Cobain era más que una imagen. Era un músico talentoso y comprometido, y su legado debería celebrarse, no monetizarse.